La presencia de fariseos o penitentes es una de las figuras simbólicas de Cuaresma y Semana Santa en las ciudades de Sonora, donde deambulan con sus danzas acompañadas con música de tambor y cascabeles.

Su atuendo está caracterizado por pantalón y camisa normales, huaraches y portan una máscara de piel de animales, además de cascabeles alrededor de brazos, piernas y cintura, mediante los cuales generan un sonido característico cuando danzan el paso llamado “pascola”.

También, por lo general portan sonajas y uno de ellos toca un tambor que marca el ritmo de la coreografía que realizan durante todo este periodo cuaresmal, en el cual no pueden ingerir bebidas alcohólicas, ni tener relaciones sexuales, ni bañarse.

Debido a que están impedidos de hablar, por la manda que cumplen en espera de un favor de Dios, pero se sabe que durante los cuarenta días de esta festividad recorren las calles y barrios,.

Para cumplir las mandas a Jesús, guardan silencio, sólo contestan afirmativamente con la cabeza algunas preguntas, sobre el propósito por el que realizan estos ritos en memoria de la Pasión de Cristo.

Indicaron que tienen peticiones al Creador de diversos tipos, entre ellas algunas relacionadas con parientes enfermos y por eso deben vagar por las ciudades que escogen y a donde viajan desde sus ciudades de origen en Sinaloa principalmente.

Para poder cumplir con este mandato divino y mantenerse, según indican a señas, por eso piden apoyo económico a los transeúntes y automovilistas en los lugares que visitan.